viernes, 7 de agosto de 2009

Dominicanos

El arcángel Gabriel va a ver al Señor y le dice: Tengo que hablar contigo.

- Hay dominicanos aquí que están causando muchos problemas...
-A ver, empieza a contar-- dice el Señor
-Mira, se subieron en la reja de la entrada y se están meciendo sobre ella como si fuera un columpio; mi trompeta ha desaparecido misteriosamente, aunque a rato la oigo sonar en la lejanía con un ritmo pegajoso, pero demasiadoalborotado.

Además, tienen las túnicas salpicadas de arroz con habichuela y
café con leche; han subido a sus perros en las carrozas celestiales
y los alimentan con salami; se han quitado las aureolas y andan con gorras de peloteros o sombreros de pajilla.

No quieren barrer las escaleras del cielo y se ponen a bailar con las escobas; el suelo de la cocina está lleno de semillas de china, salpicaduras de frito y cáscaras de mango.

Y, como si fuera poco, están organizando peleas de gallos en las nubes y andan volando por ahí con una sola ala y diciendo:
"¡Que vacano soy , si muevo el ala rápidamente vuelo como un colibrí, vaya, soy un duro!

Ah, y los que puse a cantar en el coro se la pasan gritando
"Pepe pepe...!" y repiten un estribillo raro: " bin blon blin garapacho".

Tras oír pacientemente al Ángel, el Señor contestó:

"Los Dominicanos son Dominicanos, Gabriel, y eso no se puede remediar.
El cielo es el hogar de todos mis hijos con sus defectos y virtudes. Pero si quieres enterarte de lo que son problemas graves, llama al diablo y verás una realidad muy distinta.

Gabriel va hasta el teléfono y llama al demonio .

-Oigo-- contesta Satanás.
-Hola, soy yo Gabriel, es que quería...
-Que vaina, espérate un minuto, man -- interrumpe el diablo y tira el teléfono.

Al cabo de unos segundos regresa.

-"Bueno, aquí estoy de nuevo, ¿qué puedo hacer por ti?

-¿Estás teniendo algún problema con los Dominicanos que recibiste en el infierno?-- indaga Gabriel.

-Anda pa la mierda, espérate un minuto, ahora mismo te contesto, pero tengo que chequear algo-- dice Satanás y sale corriendo.

-Perdona la demora, Gabriel. ¿Qué fue lo que me preguntaste?-- pregunta el diablo cinco minutos después.

-Que si estás teniendo problemas con los Dominicanos que llegaron al
infierno?-- repite Gabriel.

-Pero, ¿Cómo e' la vaina caballero?-- grita el diablo exasperado--.-
Espera, enseguida estoy contigo.

Satanás suelta el teléfono y regresa a los 15 minutos jadeando.

-Oye Gabriel, perdoname manito, pero no te puedo atender ahora.
Imagínate que estos fatales Dominicanos me han apagado el fuego
del infierno y están tratando de instalar un aire acondicionado!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario